Al practicar este ejercicio, el meditador se libera de los bloqueos que limitan la purificación de su alma y, al mismo tiempo, activa un proceso de curación interior y de regeneración física, emocional, intelectual y espiritual. Fisiológicamente, este ejercicio puede ayudar a promover una digestión saludable, aliviar el dolor de estómago y de espalda, y estimular el sistema inmunológico. (JABAMIAH EMISSIVE)