Este ejercicio permite al yogui desarrollar sus puntos fuertes y manifestarlos en su vida. De este modo, se vuelve capaz de ver las barreras y limitaciones que se ha impuesto a sí mismo y de romperlas desplegando un aura luminosa. Desarrolla la valentía y el coraje que le dan una energía inagotable para ir más allá de los vientos y las mareas (HAIEL RECEPTIVO).