Fisiológicamente, este ejercicio actúa como una fuerza de reestructuración y equilibrio para todo el cuerpo. Lo hace más fuerte, más eficiente, mejora la postura y la resistencia a las iniciaciones. Restablece una rectitud natural y nos permite gestionar mejor las tensiones de la vida relacionadas con el encuentro de fuerzas negativas o distorsiones en nuestro interior. (YELAHIAH RECEPTIVO)