A través de la práctica de estos movimientos, que nos recuerdan cómo se materializan los ciclos de la vida, el ser puede tomarse el tiempo de sentir, amplificar y potenciar las cualidades que hay en él para irradiar equilibrio, dominio y autoconocimiento. A medida que las iniciaciones llegan a él, puede sentir más estabilidad, solidez y profundidad, como el árbol siempre recto, que se eleva continuamente hacia la luz.
(VEULIAH EMISIVO)