Este ejercicio permite al meditador sanar los cambios que puedan estar manifestándose en él o en su vida. Crea un despertar de la conciencia que ayuda al meditador a recordar que todo lo que experimenta es generado originalmente por comportamientos y recuerdos de los que es instigador. Practicando estos movimientos, el ser aprende a curar sus cambios de fase. Así, mejora su evolución general. (HABUHIAH RECEPTIVO)