Cuando el ser trabaja para purificar los cinco sentidos, como se propone en el ejercicio Placeres divinosAl hacerlo, eleva su conciencia y su frecuencia vibratoria. Esta elevación puede llevarle a sentir todo lo que ocurre dentro y fuera de él, con mayor profundidad. Poco a poco, practicando estos movimientos y la meditación, accede a nuevas percepciones, cada vez más sutiles. Los cinco sentidos se refinan y las necesidades se transforman para permitir el acceso a los placeres simples y saludables de la vida (IAHHEL RECEPTIVO)