Cuando nos dejamos llevar por una emoción apasionada, perdemos el sentido de la realidad. Nos volvemos ciegos, como si ya no pudiéramos ver, y proyectamos contenidos muy poderosos en los demás. En esos momentos, perdemos toda la receptividad profunda. El ejercicio el avance del océano Es una gran ayuda para nosotros cuando estamos en este estado, porque nos permite ir a la fuente; utiliza este estado para llevarnos más lejos. (YERATHEL RECEPTIVE)