Eleva el nivel de amor y sabiduría en nuestra manifestación, simbolizado por los brazos y las manos que realizan un gran trabajo a lo largo del movimiento. Actúa como una reconexión con nuestra naturaleza angélica. Abre la conciencia y nos ayuda a comunicarnos con las partes más bellas y puras de nosotros mismos.
(NANAEL EMISOR)