Tras una infancia feliz, pero marcada por el divorcio de sus padres, Geoffrey vive una adolescencia muy difícil. Su madre, que padece un tumor cerebral inoperable, se está muriendo. Él y su hermano son cuidados por una tía durante los últimos años de su vida. Al mismo tiempo, como resultado de una situación de alienación parental muy compleja, su padre no volverá a ver a sus hijos durante 11 años.

A la edad de 15 años, en el espacio de dos semanas, Geoffrey y su hermano experimentaron la pérdida de su madre, así como la pérdida indirecta de su padre y de todos los miembros de su familia paterna. Sintiéndose completamente abrumado por la situación, Geoffrey se repliega sobre sí mismo. En la escuela, no cuenta a sus amigos lo que está viviendo en casa, ya que su tía se lo ha prohibido. Salvo en circunstancias excepcionales, apenas hablará y huirá a su imaginación. Sin ningún punto de referencia, intentará encontrarse a sí mismo lo mejor posible, pero la tarea no es fácil. Pasa la mayor parte de su tiempo dibujando, lo que le permite expresarse y reflexionar al mismo tiempo. De estos momentos casi continuos de introspección surge un ser reflexivo en busca de respuestas profundas.

Luego, cuando comenzó sus estudios en el Cégep en artes visuales, conoció a nuevos amigos, entre ellos Stéphanie, que más tarde se convertiría en la mujer de su vida. Experimentó un renacimiento.

Su yo interior emerge y comienza su búsqueda filosófica y espiritual. En una extraordinaria sincronización, conoce a un mentor que le inspirará enormemente. Fascinado por la espiritualidad, leyó todos los libros que pudo encontrar sobre el tema. Eligió un camino y se embarcó conscientemente en su viaje espiritual. También empezó a interesarse por sus sueños, una extensión lógica de su viaje interior, y se dio cuenta de las señales. Estas dos herramientas le sirven de guía, aunque no siempre comprenda su significado preciso en ese momento.

Al mismo tiempo, surge en él un sentido de misión: quiere ayudar a la gente a través de sus obras artísticas. Al principio, aunque no comprenda toda la profundidad de este enfoque (es sobre todo en su interior donde busca inconscientemente aportar luz, alegría e inspiración), le lleva a desarrollar su creatividad y su altruismo.

Pasaron varios años en el camino, y entonces descubrió los Libros de los Ángeles, y poco después, el Diccionario del Código Fuente. El interés fue inmediato. Encontró las respuestas que necesitaba para continuar su viaje de una manera más profunda y se inscribió en la formación del IRSS.

Deseando ayudar a la asociación sin ánimo de lucro UCM que, a través de sus libros y conferencias, le ha ayudado infinitamente a entenderse mejor a sí mismo, ahora se dedica y contribuye con sus diversos talentos al desarrollo de la UCM, principalmente como director del Curso de Formación ISSS.

Ahora trabaja con Stéphanie en la preparación del Formación DreamerOne para los jóvenes. Tiene una muy buena relación con su padre y su familia paterna, que ha podido encontrar. Más que nada, quiere seguir aprendiendo, mejorando y ayudando.

"La vida es un regalo, un gesto absolutamente gratuito que debemos honrar.

- Geoffrey